Con la publicación de estos ensayos (1922-1930), Horacio Quiroga buscó explorar el «problema de la literatura». De la ajena y de la propia, porque, como pensaba Borges, leer es una manera de crear, y en él la lectura no fue enciclopédica, ni siquiera muy vasta, sino que constituyó una auténtica profesión de fe, la elección de un trayecto ficcional del que dejó testimonio irrrecusable.
No debe descartarse, en estos textos, una fuerte dosis de humor e ironía (como en su «defensa» frente a los jóvenes vanguardistas), pero por encima de ella la reflexión, la búsqueda de racionalizar el acto creativo, en la que destaca su agudeza, penetración y dominio de la poética del cuento que con tanto magisterio ejerció.
Índice
El manual del perfecto cuentista
Los ‘trucs’ del perfecto cuentista
Decálogo del perfecto cuentista
La retórica del cuento
La profesión literaria
Ante el tribunal
Los intelectuales y el cine
Comparto el punto de vista de Horacio Quiroga, pero hay otras personas que escriben tal cual brotan sus palabras del alma. Para mi es un trabajo a encarar con seriedad y ética.